Leyendas I : 7 Tormentas y sangre.

Era una oscura noche. Tan fría que hasta la luna se cubría con las nubes. De pronto un relámpago ilumino la habitación; escasos segundos después se escucho el rayo, la tormenta estaba cerca.
No le gustaban las tormentas pero tampoco le disgustaban. Era un hombre considerado v te, echo a si mismo; elegante ingenioso y agraciado. Tenía el cabello negro y los ojos grandes y marrones, su nariz no era muy grande, más bien al contrario, que la de todos los miembros de su familia y sus labios eran un poco gruesos.
Era respetado por todos los que le conocían, pero también muy temido; tenia gran habilidad con la espada y no dudaba en usarla si su honor se veía afectado.
Era el mayor de cinco hermanas y desde hacia unos años las responsabilidades de la casa pesaban sobre sus hombros.
Ya que su padre había fallecido. Debía cuidad de su enferma madre y asegurarse de que sus hermanas recibieran la mejor educación posible y se casan con hombres dignos de ellas; olvidándose incluso de la posibilidad de casarse el algún día. Mientras tocaba su piano de cola situado en su gran estudio, pensaba en como habría sido su vida si su querido padre no hubiera muerto.
Seguramente el estaría casado y no tenido que preocupase por sus hermanas.
Arto de todo y a pesar de la gran tormenta que acaba de empezar decidió salir a pasear por el enorme jardín.

En escasos minutos estaba empapado y creía delirar porque le daba la sensación que una sobra lo lejos se movía, le costo mucho darse cuenta de que era una persona.
Pero como había llegado hasta su terro y que bajo esta lluvia tan densa.
Al llegar hasta el lugar donde se encontraba vio que era una mujer y llena de heridas, que no dejaban de sangrar; también tenía dos cicatrices en el cuello.
No era un hombre supersticioso, pero había oído muchos rumores de vampiros por la zona.
Por unos minutos pensó si matarla o llevarla a su casa, no parecía una vampiresa.
Entro en su mansión con ella en brazos, mientras llamaba a gritos a los criados; pronto el ama de llaves apareció asustada en la sala. Al ver a la mujer empapada y herida se asusto muchisimo. Pero pronto tomo el control de la situación, la llevaron a una de las múltiples habitaciones, le quitaron sus ropas empapadas y la metieron en la cama. Mientras unos de los criados trataban de parar las múltiples hemorragias.
Unas horas mas tarde parecía encontrarse fuera de peligro, pero el no se fiaba y mandó que la ataran a la cama.
Estuvo durmiendo tres días, en los cuales a ratos recuperaba la conciencia.
Nunca estaba sola ya que siempre había algún criado cuidandola y alguna de sus hermanas observando.
Cuando despertó se sintió desorientada y no recordaba como había llegado a ese lugar; le asustaba el estar atada a la cama y le molestaba mucho la luz, a pesar de que las cortinas estaban corridas.
Esa noche confiado de que ella no supondría ninguna amenaza la soltó, para que pudiera acompañarles en la cena. Lo que el no sabia es que el seria su cena. Tenais dos opciones matarlo o trasformarlo.
Pero estaba demasiado hambrienta como para preocuparse en crear más de los suyos.
Le dejo sin una gota de sangre y siguió matando uno por uno a todos los habitantes de la mansión, ya fueran criados o gente de la familia.
Ya no tan hambrienta se cruzo con la menor de las hermanas mientras iba a abandonar el castillo.
No quería dejar a nadie con vida, pero necesitaba compañía para pasar el resto de la eternidad, ya que un grupo de humanos armados hasta los dientes habían matado a sus compañeros de condena.
La joven se asusto, pero en unos minutos todo pasó y volvió a renacer por así decirlo. En cuanto a la vampiresa siguió condenado a quines creía idóneo y junto a unos cuantos licántropos que les protegía de la luz del sol; paso sus días hasta hoy.
No se de que hablare en mi próxima leyenda, estoy tenido un ligero problema con ciertos recuerdo que creía olvidados.

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