
Todo empezó una noche como de costumbre , acababa de estar con un cliente y otro se acercó a mí, parecía estar enfermo puesto que no paraba de toser. Pero el oficio es el oficio, así que acepte a pasar un poco de mi tiempo con él, pero para mi sorpresa el hombre sólo quería hablar. Empezó a contarme que él pertenecía a una gran descendencia de trovadores, y que con el paso de los años había recopilado miles de leyendas, él había dedicado toda su vida, a juntarlas unas con otras porque todas tenían algo en común. Le gustaba mucho contárselas a su hijo, para que él que algún día las contara por las aldeas y ciudades como habían hecho todos sus antepasados, pero su hijo había muerto de una extraña enfermedad de la que él también se moría. Ahora no tenía descendencia, ni nadie que conociera sus historias. No sé que me hizo tomar la decisión que tomé , pero me ofrecí a cambiar de vida, a escuchar todas sus historias y hacer que no cayeran en el olvido. En unas semanas el hombre me había contado todas las historias que conocía y me entregó un enorme libro, encuadernado en cuero y con extraños símbolos.

Yo ahora os contaré la primera historia que él me contó.
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