Para Coralia.

Me pediste que te escribiera, así que me puse a ello. Empecé a escribir una historia, pero pronto comprendí que por muy bien que estuviera o muy buena que fuera, no era lo que quería que reflejara de mí, lo que podía llegar a escribir a través del papel, lo que soy , lo que la gente ve de mí , mi vida, mi pasado, mi posible futuro, mis sueños... Pero la cosa siguió y entonces entendí algo que yo digo con frecuencia; tiempo. Para que conozcas todas esas cosas hace falta tiempo, siempre es el tiempo. Y a parte si quisiera expresar todo eso te aburrirías al leer. Así que siguiendo en la línea del tiempo, espero que cuando pase llegues a conocer todo lo que esperaba conseguir expresar y sigo intentándolo. También aunque no lo haya dicho hasta ahora, quiero conocer más de ti, porque lo poco que conozco, me parece demasiado interesante como para no querer saber más. Ahora comprendo cuando dices que Coralia es algo más que una apariencia física. Vale, lo comprendí hace mucho, pero quedaba bien. Pero sigamos con quién eres. Eres una persona increíble, que hace que a las cuatro de la mañana esté pensado en como dar lo mejor de mí en un escrito, para no quedar como una completa idiota, así que para eso lo mejor será volver al escrito original. Y como se firma en las cartas; besos y abrazos .

Era una noche tranquila, silenciosa y calurosa. Las típicas del verano que se vivían por aquellas fechas. Lo único que apetecía era acostarse a dormir, pero el calor era demasiado insoportable.
Por esa razón estaba tumbada en el suelo de su porche. La fría madera le daba una ligera sensación de frescor y al ver las estrellas, sentía libertad. Pensó en lo infinito que era el universo y en la posibilidad de vida en otros planetas. Más tarde, pensaba cuántas de las estrellas de las que veía seguirían iluminando y si realmente podían avanzar en el tiempo al cruzar un agujero negro. Pasó de pensar en cosas de las cuáles sólo existían teorías y ningún hecho probado, a pensar en algo que todo el mundo había experimentado. Y es que no sólo el calor era típico por aquellas fechas, también lo era pensar en el amor. Recordar momentos pasados, cosas que podrían haber sido; pero que nunca fueron. Como si de una película se tratara, pasaron los grandes amores de su vida por su mente. Y acto seguido que fue lo qué falló en cada relación. Pensó en las que ahora eran sus amigas y todo aquello estaba olvidado, aunque fuera motivo de bromas ingeniosas. Pero luego pensó en aquellas con las que no había mantenido trato, ¿qué sería de sus vidas?. Pensando en si les iría bien o mal se acabó quedando dormida. Un rayo de sol le daba directamente a los ojos. Se dio la vuelta hasta donde ya no le molestaba. Unas horas más tarde el calor empezaba a ser sofocante. Se levantó despacio y vio a los niños del vecino en la piscina. Su padre los vigilaba, por si acaso, tumbado en el césped. Entonces su marido salió con un periódico en la mano.
-¡Bonita estampa! -le gritó ella.
-Si. A ver cuando te echas novia y nos das una alegría. Aunque verte dormir en el porche también es divertido.-Contestó él.
-Muy gracioso. Me voy dentro a darme una ducha. ¿Esta noche os cuido a los niños?.
-Claro.- se despidió con la mano y ella entró en su casa.
El día pasó como uno más. Por la noche los niños no fueron casi molestia. Se limitaron a ver la tele y a jugar a algún juego. Ella se quedó escribiendo tonterías y viendo videos en el portátil. Sobre las tres de la mañana uno de los niños se despertó, despertándola también a ella, que tiró el portátil al suelo. Volvió a llevar al niño a su cama, pero no podía dormirse.
-¿Alguna vez has estado enamorada?-pregunto el niño.
-Si, más de una.
-¿Cómo fue la primera vez que te enamoraste?
-Esa es una larga historia. Veamos, yo tendría 15 ó 16 años. Como ya sabes, mi padre es de esa clase de personas que se cree dueño del mundo. Él acababa de divorciarse de su... perdí la cuenta cuando tenia 8 años. El caso es que estaba pensado volver a casarse, pero esta vez era distinto, decía, estaba dispuesto a no firmar el contrato matrimonial, decía estar enamorado. Ella tendría 22 como mucho, nunca llegué a saber su edad realmente. Era curioso pero conforme veía a mis padres hacerse mayores, sus parejas cada vez eran más jóvenes. Y ninguno de los dos, ya fuera mi madre que se fugo con el jardinero cuando yo tenía 5 años, o mi padre que compraba casas en distintos sitios y en cada uno tenía una novia viviendo en ella y esperándolo. Pero, relamente parecía que esta vez era distinto, incluso había hecho las paces con mi madre y tras tres años de juicios le regaló una de las propiedades que pedía, unas cuantas acciones de la empresa familiar y un coche de lujo. En realidad, odiaba aquella vida Quería salir cuanto antes de aquel mundo. Antes de lo que imaginaba la enorme casa en la que vivía y donde costaba mucho cruzarte con alguien, estaba tan llena de gente que era imposible no hacerlo. Si había algo, que odiase más que el hecho de que mi padre cada dos meses me presentara a una madrastra distinta, eran las bodas en una de nuestras casas. Una serie de personas de las altas esferas se ponía a cambiar la decoración, a poner flores raras, a preparar servicios de catering. Esos días eran una locura, por suerte mi padre no solía prestarme atención nunca y no vi casi nada de la ceremonia o de la fiesta. De hecho, hasta después de la luna de miel no sabía ni qué aspecto tenía la novia. Al contrario que mis padres, ella si me hacía caso y era más como una simple amiga. Mi padre solía disimular como si fuéramos una gran familia feliz y empezamos a hacer cosas juntos. Es la vez que más cerca he estado de él y la vez que más asco me ha dado. Era increíble como seguía usando a las mujeres a su antojo y como con dinero conseguía todo lo que se proponía. No comprendía como aquella mujer se podía haber casado con mi padre, no tenía sentido.
Para mi sorpresa duraron un año, donde fui testigo de muchos cuernos por parte de mi madre. Empecé a pensar que realmente ella le quería. Lo cual me dio miedo y tristeza al mismo tiempo. ¿Seguiría con el mucho más tiempo sabiendo que se estaba tirando a todas las mujeres que podía? La verdad es que lo hizo y paso otro año, pero muy distinto al anterior. Mi padre volvió a la vida de siempre y ella paso a un segundo plano, era una de tantas. En ese año tuve el placer de conocerla realmente, sabía muchísimas cosas de ella, pero en realidad creo que nunca llegué a saber nada. Pero ella si lo sabia todo de mí, sabía que iba a hacer antes de hacerlo, conocía todos y cada uno de mis pensamientos. Realmente, me enamoré de ella, de lo cual no me di cuenta hasta que mi padre se cansó de mantenerla. Fue lo más raro que me ha pasado en la vida, hasta mucho después de ella salir de casa y no querer nada de mi padre. No comprendí que realmente la quería y lo peor de todo que ella me correspondía. Siempre había estado frente a mis narices y nunca lo vi. Ella desapareció del mapa, yo seguí mi vida, hasta que fui lo suficiente mayor y tenía el dinero suficiente para no volver a saber nunca más de mi familia. Muchas cosas han pasado desde entonces y ahora aquí me tienes haciendo de niñera de un niño, que creo que se ha dormido a mitad historia. –Lo tapó y se fue a seguir durmiendo en el sofá.
Los días pasaron tan calurosos como de costumbre, pero ella no podía quitarse ese recuerdo de la cabeza. Hacía años, que no pensaba en ello, ni siquiera cuando recordaba sus ligues pasados. ¿De verdad había sido tan importante en su vida? Eso mismo se preguntaba a sí misma. La semana siguiente seguía dándole vueltas al asunto, pero no sacaba nada en claro. No recordaba mucho de aquello, hacía más de diez años. Un mes después ya no se acordaba de nada. Pero tuvo un sueño en el que recordó el nombre y apellidos de la chica. No sabía muy bien qué hacer con esa información y si serían reales esos datos. Tras otras tantas semanas pensando, se puso a buscarla. Mientras echaba mano de sus contactos, preguntas tan simples como si estaría con otra persona, o tan complicadas como si realmente todo fue producto de su mente, y sólo era una amistad, se paseaban por su mente con frecuencia. Después de otro mes tenía una dirección y ese fue el tiempo que tardó en reunir el valor para ir a verla. No sabía muy bien que le diría, tampoco estaba muy claro si realmente le llegó a corresponder. Pero todas las dudas que tenía, sólo consiguieron aumentar cuando llegó al lugar que tenía escrito en el papel. Muchas fueron las cosas que se le pasaron por la mente, miles las preguntas que ya no tendrían respuesta. Fue allí dónde delante de la lápida de la que una vez quizás la llegó a querer como algo más que una hijastra, comprendió que a veces no queda más remedio que arriesgarse y hacer las cosas, aunque los resultados no sean buenos. Fue algo que le sirvió de mucho para los siguiente años de su vida, en los que llegó a entender lo que sentía por aquella mujer, y que aquello no era inigualable a lo que ahora sentía por otra persona. Esa vez se dejo llevar por sus sentimientos y aunque al principio no fue bien, mejor dicho fue fatal, mereció la pena, y con el tiempo se convirtió en lo más maravilloso de su vida.

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